El Programa GAMER – La Era de los Sheitans – Capítulo 14 – El método Edium de entrenamiento especial

Alguien llamaba a la puerta, era un sonido muy suave, tímido, casi inaudible; Sharon se encontraba absorta estudiando, comprendía dos cosas claramente: que tenía mucho que ganar y que necesitaba salir con vida para disfrutarlo; debía ser la mejor y antes había logrado serlo gracias a una constante preparación; no obstante estaba cansada, todos los días ella, junto al resto de sus compañeros, se levantaba muy temprano, a las cinco de la mañana, para realizar extenuantes ejercicios de acondicionamiento; terminando y sin darles tiempo de descansar, eran llevados a un curso introductorio acerca de la naturaleza de los sheitans, sobre la historia de los conflictos bélicos y acerca de los diferentes procedimientos militares. No estaba de buen humor, llamar a su puerta fue una molestia.

—»Scheiße». Exclamó en voz baja. —¡Brooke! ¿Puedes ver quién es?

Nadie le respondió, se encontraba sola en su pequeña salita ubicada en la Barraca 1. Su habitación, una de las primeras en ser asignada, constaba de un pequeño espacio de diez por diez metros cuadrados en donde habitaban cuatro chicas: Sharon, Brooke, Ingrid y una nueva «integrante honoraria» de Prämenstruelles Syndrom, una joven y castaña chica de piel aceitunada llamada Jade. Debido al espacio reducido (aunque cómodo y modernamente arreglado) cada chica debía dormir en literas de colchones individuales. Además de dichos muebles el lugar constaba de un baño completo, una mesa con cuatro sillas y una sala con capacidad para cuatro personas, también tenían una pantalla de televisión a la que se le permitió conectar una consola de videojuegos (beneficio exclusivo de los GAMERS); de la misma forma estaban acomodados el resto de los cinco mil reclutas que formaban parte de la Barraca 1. Las habitaciones eran todas iguales, todas albergaban a cuatro integrantes y todos tenían el permiso especial de tener su propia pantalla con su propio sistema de videojuegos, aunque el tiempo para utilizar dichos aparatos era muy reducido gracias a la cantidad de horas al día que debían estar en entrenamiento.

Sharon aún no se levantaba del sillón donde estudiaba recostada cuando una vez más sonó el tímido llamado a la puerta, situación que la desesperó un poco. Sus tres compañeras habían salido aprovechando que tenían aún algunas horas antes de volver a la práctica. Añadiendo algunas imprecaciones adicionales en su idioma, aunque en voz baja, accedió a atender el llamado; se levantó, no sin pereza, claramente molesta, y se dirigió a la puerta para abrirla, tenía cara de pocos amigos.

—Ahh, hola… —Esperó respuesta pero el sujeto que llamaba a la puerta parecía incapaz de responder. —¿Y bien…?

Sharon se encontró frente a un completamente avergonzado Jurgen que tenía las mejillas sonrojadas y estaba muy sudoroso, evitaba el verla a los ojos. El chico trató de balbucear algo que hubiera sido ininteligible a los oídos de quien conociera el idioma a la perfección, más aún para una extranjera. La notoria incomodidad que aquel joven mostraba le causó gracia a la chica, que estaba acostumbrada a provocar esas reacciones y de hecho gustaba de hacerlo; Sharon pareció olvidar su molestia, cambió su tono de voz, puso su rostro más amable y volvió a preguntar, esperando ahora sí recibir una respuesta que pudiera entender.

—… Me llamo… Jurgen… somos compañeros… del Grupo 1.

—… Sé quien eres… ¿Qué se te ofrece Jurgen? —Respondió Sharon, trataba de ser amable pero le molestaba que la hubiesen incomodado mientras estudiaba, eso la hacía parecer un poco brusca en esas ocasiones.

Balbuceó otras palabras ininteligibles por lo que tuvo que forzarse a repetirlas de forma más tranquila para que Sharon pudiera entender.

—…El teniente Edium… —Balbuceos… —Digo, el teniente pide que vayas con él al salón de entrenamiento para tratar asuntos del método de práctica.

Jurgen terminó de hablar sin verla a los ojos, por lo regular le costaba trabajo observar directamente a los ojos a las personas, más aún cuando se trataba de una linda chica, Sharon simplemente se quedó callada unos instantes por si él añadía algo más pues no parecía que hubiera terminado; un poco consternada al ver que eso no sucedía sólo le sonrió.

—Gracias, iré al instante.

El chico hizo una mueca que en ciertas culturas posiblemente pasaría por una sonrisa, más en todo el mundo occidental sería difícil asegurar qué era o cuál era su intención. Tras un intento adicional por sonreír o decir algo más, dio media vuelta y se retiró en silencio sin despedirse, al menos no abiertamente. Sharon lo vio marcharse, causándole gracia la manera en que el chico caminaba, casi sin balancear sus dos brazos, como si cargara un par de valijas invisibles; tras reír un poco se apresuró a ir al encuentro del teniente.

En otra zona de la Barraca 1, más precisamente en el área del gimnasio, un joven se encontraba realizando algunos ejercicios. El lugar estaba casi vacío pues la mayoría de los reclutas no deseaba ir a ejercitar en su tiempo libre. Este sujeto, pese a estar realizando grandes esfuerzos, parecía tratar de mantener cierto aire de elegancia o soberbia pues limitaba sus gestos o sonidos de modo que siempre «se viera bien». Utilizaba el uniforme de entrenamiento, un atuendo sencillo consistente en una camisa negra, sin mangas, pantalones deportivos del mismo color y un par de tenis blancos. Estaba bien afeitado, utilizaba además un piercing en la ceja derecha; a su lado se encontraba otro recluta, también en buena forma física, que no paraba de hablar y a quien las otras personas sencillamente ignoraban.

—¡Busco a un tal Kl4ws! —Dijo un individuo que entraba al gimnasio, mismo cuya circunferencia revelaba se trataba de Lewis.

La llamada fue hecha con su peculiar y aguda voz, difícil de distinguir si venía de un niño o de un adolescente, sin embargo Lewis ya tenía bastantes años adicionales como para ser considerado alguno de esos. No mostraba ningún recato o cuidado por las buenas costumbres, su forma de ser le había traído ya algunos problemas en el poco tiempo que tenía en Blossom pero hasta el momento nada lo bastante serio como para ocasionarle algún castigo, por otro lado esta vez venía a buscar directamente a Kl4ws, alguien que no reaccionaba bien a las provocaciones.

El sujeto que ejercitaba era precisamente Kl4ws, dejó caer las pesas a su lado al momento de escuchar su nombre, levantó la vista y respondió con prepotencia.

—¿Qué quieres?

La respuesta tuvo justamente el efecto esperado en Lewis, molestándolo abiertamente. A continuación se acercó al lugar donde Kl4ws se encontraba ejercitando. Pese a que este último estaba acompañado por algunos compañeros, ninguno era realmente su amigo por lo que Lewis no tenía qué temer que se le agruparan en contra, y aunque así fuera, no era algo que le preocupara a él que era, «anormalmente fuerte». Lewis se acercó a apenas unos pocos centímetros de Kl4ws, quien aún no se incorporaba del todo de su ejercicio.; la acción de Lewis lo hizo levantarse más rápidamente y con cierto descuido, golpeándose la frente con la barra de las pesas, hecho que lo hizo enfadar.

La diferencia de estaturas y complexiones era notable. Kl4ws, mucho más alto y atlético, dejaba al bajito y redondo Lewis en una situación desventajosa, sin embargo éste no mostró ningún indicio de temor.

—El teniente Edium ordena que vayas ya a la sala de entrenamiento.

Lewis admiraba al T. Edium, el poco tiempo que había sido su tutor le había dejado una gran impresión, por lo general se expresaba de él con elogios y se había convertido en la mascota del teniente.

—Dile que iré cuando termine.

Kl4ws empujó levemente a Lewis con la intención de regresar a su ejercicio pero este último no se apartó, poniendo su mano alrededor del brazo izquierdo de Kl4ws añadió.

—Debes ir ya.

La reacción de Kl4ws, basándose en lo que se sabía de él, era predecible, iba a haber pelea; Kl4ws la deseaba, Lewis la deseaba aún más; como era lógico las peleas no estaban permitidas pues afectaban la unidad del grupo. En el gimnasio estaba por desarrollarse una hasta que una voz de gran autoridad detuvo a ambos jóvenes antes de batirse.

—Kl4ws, Lewis, déjenlo. Kl4ws, ven conmigo.

Era Edium, había sido él quien había pedido a Jurgen y Lewis que buscaran a sus estrellas para que fueran a verlo a la sala de entrenamiento, pensó que les ayudaría a ambos a enfrentar sus debilidades. Así hizo que el primero hablara con una chica que lo intimidaba, mientras que a Lewis lo llevó a confrontar a un sujeto tan conflictivo como él. Edium supuso que el tímido chico probablemente no enfrentaría gran riesgo al hablar con Sharon pero decidió asegurarse que Lewis no perdiera la cabeza con Kl4ws; Lewis se estaba convirtiendo en su alumno consentido pero sin duda llevaba las de perder si tenía algún conflicto con aquel sujeto, que además era protegido por Bushnell y Baer debido al gran potencial que mostraba, y que se reflejaba directamente en el éxito del proyecto; Lewis sería el sacrificado si algo malo sucedía entrambos, de eso Edium estaba seguro.

Kl4ws avanzó al lado de Lewis, golpeándolo con el hombro en el proceso; sin el tutor en el lugar esta acción sin duda habría de devenir en una pelea abierta, sin embargo Lewis se contuvo por respeto a su maestro quien ya le había pedido mesura al hablar con Kl4ws. Edium felicitó a su alumno favorito con la mirada por haberse controlado y salió del gimnasio junto al GAMER en cuestión, en dirección de la sala de entrenamiento, donde se encontraría con Sharon y Reolf.

Debido a la naturaleza del Programa GAMER y al tipo de personas que eran los reclutas, el sistema de entrenamiento se adaptó para tener un estilo más universitario que militar, aunque nunca olvidando que el fin máximo era convertirlos en máquinas de guerra. Para que la transición de la vida de civil a la militar fuera más sencilla, se modificaron algunas estructuras organizacionales del programa para que fueran menos intrusivas en la privacidad de las personas, menos conflictivas con sus diferentes valores y creencias y, de algún modo bizarro, más divertido para ellos.

Así las Barracas, cada una con la capacidad de albergar a casi cinco mil cadetes, a sus respectivos instructores, equipamiento y miembros de mantenimiento, habían sido severamente modificadas para que la estadía de los reclutas, la mayoría de ellos aún jóvenes, fuera psicológicamente más aceptable y se adaptaran mejor a las pruebas que habrían de enfrentar. De este modo el ambiente en cada Barraca era como si de una enorme fraternidad se tratase. El área de los dormitorios, el más extenso por cierto, había sido dividido para que, en vez de agrupar a una veintena de reclutas en espacios pequeños y carentes de privacidad; se formasen grupos de sólo cuatro de ellos, con comodidades y características no muy diferentes a los de las habitaciones de una universidad. Tampoco el número de individuos en cada habitación era al azar más eso es algo que más adelante se tratará.

La zona de los dormitorios se dividía en dos alas: el ala sur para hombres y el ala norte para mujeres. Un gran pasillo dividía cada sección y era custodiado por guardias una vez llegada la hora de dormir; tampoco estaba permitido que hombres convivieran en el área de mujeres en los momentos de descanso ni viceversa, sin embargo tal reglamento sólo aplicaba a los dormitorios pues ambos géneros podían relacionarse libremente el resto del tiempo en las áreas comunes. Pese a esta incapacidad de ingresar a la zona del sexo opuesto, no significaba que nunca un hombre lograse acceder a la zona femenina o al revés, pues permisos especiales, como el otorgado a Jurgen para ir a hablar con Sharon, eran repartidos frecuentemente por tutores u oficiales con el fin de acelerar algunos procedimientos. Tampoco era imposible que algunos cadetes infringieran las reglas y se introdujeran en alguna «zona indebida» (en ambos sentidos), más aún cuando parte del entrenamiento consistía en enseñarlos a estar en sitios donde no deberían estar en primer lugar; afortunadamente Bushnell y Baer veían dichas situaciones como entrenamiento adicional y retaban indirectamente a los cadetes a intentarlo, aclarando que, de fallar, serían severamente castigados.

Además de la zona de dormitorios las Barracas contaban con un par de grandes gimnasios, bien equipados con lo último en tecnología para mantenerse en forma. Los gimnasios no estaban asignados a ningún género específico, más eran dos debido a la cantidad de jóvenes que hacían uso frecuente de las instalaciones. También contaban con ochenta salones, cada uno con una capacidad para sesenta y cuatro cadetes, en donde se impartía el conocimiento teórico acerca de situaciones regulares de combate y sobre la fisiología de los sheitans, a quienes debían conocer perfectamente para saber cómo enfrentarlos y lograr matarlos.

Había también una enorme enfermería donde era tratado todo aquel que sufriera alguna lesión durante los entrenamientos, o al resto de los militares que sufrían heridas durante sus enfrentamientos contra los sheitans; era en ella donde Paxon y Ricco recibían atención médica por sus heridas y donde el capitán Cyrus se debatía entre la vida y la muerte. Tenían también un par de enormes comedores que recibían a los cadetes en las horas designadas para la alimentación (los GAMERS, personas de mantenimiento, tutores, militares, e incluso Bushnell y Baer, comían en horarios diferentes). Había diversas oficinas para manejar aspectos técnicos de las instalaciones, salones de juntas, de guerra y de equipamiento audiovisual.

Todo aquello era únicamente al interior de la Barraca 1, dentro del Búnker debajo de Blossom; mismo que abarcaba un poco más del área total sobre la que el campamento estaba asentado. Teniendo Blossom una capacidad máxima aproximada de poco más de medio millón de personas, y cada una de las seis barracas albergando a casi seis mil individuos, eso dejaba todavía bastante espacio para cuestiones de almacenamiento de armamento, vehículos y las instalaciones para el ejército regular, aunque estos últimos eran cada vez menos por lo que poco a poco eran trasladados a espacios más y más reducidos.

En la superficie, en el área que servía como oficinas y cuarteles exteriores del ejército, único lugar del búnker donde se daba el contacto directo con la población general; al lado de los elevadores que permitían el ingreso o salida de los pelotones y vehículos, contaban con otro sitio de entrenamiento al aire libre, más pequeño que el que tenían bajo tierra pero adecuado para entrenamientos y ejercicios básicos, tanto de los cadetes como de la milicia regular. Dicha zona era un espacio abierto del tamaño aproximado de una cancha de futbol y donde se realizaba un tipo de entrenamiento más tradicional como carrera con obstáculos, rapel, avanzar sobre terrenos accidentados, así como algunos combates cuerpo a cuerpo y ejercicios aeróbicos.

Dentro de la sala de entrenamiento, Sharon y Reolf se encontraban esperando al docente. Ambos eran personas bastante responsables por lo que salieron a reunirse tan pronto se les solicitó. Kl4ws, por su parte, caminaba a regañadientes siguiendo al teniente, cuya baja estatura lo hacía ver insignificante al lado del teutón que lo acompañaba, sin embargo tenía el temperamento adecuado para someter al propio Kl4ws.

—¡Qué bueno que estén presentes! —Dijo alegremente Edium al ingresar a la sala de entrenamiento y ver respetuosamente sentados a Reolf y a Sharon, haciendo esta última una notoria expresión de disgusto al ver quién acompañaba al tutor.

—Por favor Kl4ws, toma asiento junto a tus camaradas, en un momento iniciaremos.

Sin hacer más movimiento que una mueca cínica, Kl4ws se sentó al lado de Sharon en un claro intento por disgustarla o al menos incomodarla un poco. Con el tercer GAMER respetuosamente sentado en su lugar, Edium comenzó a hablar.

—Jóvenes, como bien saben estamos a punto de iniciar la parte fundamental de su entrenamiento. Su grupo tiene poco de que me fuese asignado pero en este corto tiempo he podido notar algo muy importante… ¡ESTÁN PÉSIMAMENTE PREPARADOS!

Nadie esperaba ese juicio de parte del teniente, Sharon había recibido sólo alabanzas desde su llegada por lo que pensaba que lo estaba haciendo muy bien. Ella, acostumbrada a sobresalir y a la admiración de otros, no sabía manejar bien la crítica, se mostró claramente sorprendida y avergonzada ante un juicio tan duro de parte de su instructor.

—Teniente… Seguramente se equivoca, revise mejor sus números, yo… —Fue su respuesta, a la que nuevamente se le notó su acento extranjero, producto de la ansiedad que estaba sintiendo, casi se podría pensar que estaba a punto de llorar.

—No se preocupe señorita Reuter (Edium se dirigía a las mujeres por su apellido en vez de su nombre y les hablaba con mayor propiedad debido a que consideraba importante mantener distancia y respeto), no están haciendo mal las cosas, al menos no ustedes tres, cuando dije que estaban pésimamente preparados es porque simplemente es así.

—El problema de todos… —Añadió. —Los cinco mil cadetes de la Barraca 1… y claro, ustedes, los sesenta y cuatro cadetes que componen su grupo, es que les faltan las bases teóricas acerca de lo que van a enfrentar, están muy verdes. Bushnell y Baer consideran que todos los GAMERS están mentalmente capacitados para el combate y que sólo les hace falta lo físico, yo opino que la mente y el cuerpo van de la mano. Desde que los he estado evaluando, la mayoría ha sufrido lesiones ridículas durante las prácticas, parece que aprendieron de la televisión y tratan de imitar coreografías. Si siguen así no podrán durar más de dos horas en una batalla real.

El comentario pegó fuerte en el ánimo de los GAMERS, en especial en Kl4ws quien seguía molesto por no terminar su altercado de hace unos minutos con Lewis.

—Teniente…

—No estamos aquí para hablar de eso. —Interrumpió bruscamente Edium a Kl4ws. —Estamos aquí porque ustedes, al ser los líderes de grupo, necesitan saber cómo es que vamos a trabajar de aquí en adelante, serán ustedes los que transmitan todo a sus compañeros.

—De entre los cinco mil cadetes de la Barraca 1, los tres más destacados están aquí frente a mí, la responsabilidad por la supervivencia de todos recaerá en ustedes cuando yo haya terminado su preparación. Deben estar listos para enfrentar decisiones difíciles, para ser siempre mejores que el resto y para hacer un buen grupo. Reolf, tú eres excepcional en esto último, Kl4ws y Sharon, ustedes definitivamente necesitan trabajar su compatibilidad con sus compañeros y entre ustedes.

—¡Yo no he hecho nada mal!

—Usted, señorita Reuter, ve a sus compañeros como herramientas para su ego, los atrae sólo para su beneficio y obteniéndolo los desecha, es egoísta, individualista y, si me permite decirlo, altanera; no es para nada la actitud de un líder como usted debería ser. Pero descuide, eso es algo que trabajaremos con el tiempo. —Interrumpió Edium a Sharon. —Por lo pronto escuchen bien la forma en que vamos a trabajar:

Edium les explicó a los tres jóvenes cuál era su famoso «método». Hasta el momento no habían más que arañado la superficie del sistema de entrenamiento del teniente pues tenían poco tiempo de haberse convertido en sus alumnos. Edium dividía su preparación en dos fases, una «Fase Teórica» y una «Fase Práctica». En la fase práctica el grupo de sesenta y cuatro GAMERS sería dividido en dos, de treinta y dos integrantes, acomodados de forma que las habilidades de cada mitad sean lo más parejas posibles. Cada mitad tendría un «Comandante», quién sería el encargado de la toma de decisiones grupal en todo ámbito práctico. Cada uno de los dos equipos de treinta y dos GAMERS se conformaría por ocho escuadrones pequeños, de cuatro miembros cada uno, siendo éstos integrados por los propios compañeros asignados por habitación, con lo que se convertirían en células autónomas bajo las órdenes de un comandante único. La meta de Edium era lograr una mayor conexión entre grupos pequeños y dejar la responsabilidad de coordinación a aquellos individuos de mayor capacidad, los designados «Comandantes».

—Teniente… habla de dos grupos de treinta y dos personas, cada uno con un «Comandante», asumo que se refiere a nosotros pero… Somos tres. —Reolf, quien por lo regular hablaba poco, hacía la pregunta que cualquiera en su sano juicio se formularía.

—Me da mucho gusto ver que sus aptitudes matemáticas no son tan malas como sus aptitudes físicas… Así es, hay aquí tres de ustedes y sólo dos vacantes como «Comandante», los doctores Bushnell y Baer solicitaron a Kl4ws al mando de uno de los pelotones y a la señorita Reuter en el mando del otro.

Kl4ws sonreía de orgullo al escuchar lo mucho que los había impresionado, estaba por decir algo cuando Edium, nuevamente, lo interrumpió.

—Pero… pese a la gran calidad que sin duda has demostrado. —Se refería directamente al mencionado, —considero que no tienes, al menos no aún, lo necesario para ser un verdadero líder, creo firmemente que Reolf te supera, a ti y a todos, en esa área. Es por eso, y como mi autoridad hacia ustedes es la máxima, que YO he decidido no aceptar la «sugerencia» de los doctores de dar a Kl4ws un papel tan relevante, en vez de eso serás el «Asistente Personal» del otro «Comandante». Siéntete horado, es la única vez que he otorgado un puesto de «Segundo al mando».

—¡YO NO PUEDO ACEPTAR…! —Kl4ws estaba exasperado pero una severa mirada de Edium bastó para ponerlo en su lugar.

—Como es lógico, la número uno en las pruebas tiene que ser la otra líder de pelotón, señorita Reuter, confiamos, me incluyo, que mantendrá el excelso nivel hasta ahora mostrado y llenará de orgullo al Programa GAMER. Confío también que encontrará la manera de hacer entrar en razón a su subalterno Kl4ws y que se comportará hacia él, y al resto de sus subordinados, de una manera digna y demostrando todas las cualidades que la han hecho tan apreciada por los dirigentes de este programa y acreedora del puesto de líder.

Sharon se molestó por las palabras del teniente, usualmente le encantaba recibir alabanzas pero comprendía que Edium las decía de un modo sarcástico, además de obligarla a mantener un buen trato con Kl4ws. Aunque originalmente ella no guardaba gran antipatía hacia su rival, estos últimos meses conviviendo diariamente en la Barraca 1 habían incrementado las tensiones entre los dos por lo que su actitud hacia él, en el pasado llena de falsa cortesía, se había convertido en una de abierto desprecio. Para Kl4ws las cosas no eran diferentes, nunca había ocultado su animadversión hacia quien fuera su verdugo en varios torneos oficiales, lo que le había costado bastante dinero en promoción; a él la convivencia diaria también le había hecho incrementar su, ya de por sí grande, desagrado hacia ella.

—…Entiendo… —La respuesta de Sharon era fría y la dijo con marcado acento, causado por la molestia que le provocaba tener que convivir más tiempo con su enemigo declarado. Evitó ver a Edium a los ojos y se limitó a mostrar lo poco de cortesía que le quedaba.

—¿Va a ser fácil verdad, va a ser divertido?

Añadió Edium utilizando un tono evidentemente sarcástico.

—Esto que acabo de decir es la parte práctica del «Método», profundizaremos más en ella cuando llegue el momento, antes de eso necesitan saber la teoría, conocer a su enemigo y aprender cientos de años de táctica militar, eso se verá primero, en la fase teórica. —Y continuó.

—La parte práctica es la segunda fase de su entrenamiento, antes de eso deberán conocer lo que llamo «Fase Teórica». Se trata de una fase intensiva de inducción acerca de todo lo que necesitan saber sobre sus propios cuerpos, los de sus enemigos, la física de la guerra y cualquier otro tópico que sea relevante para su supervivencia. Y por supuesto, el que esta sea una fase teórica en nada los exime de la preparación física constante a la que ya son sometidos.

—¿Entonces es simplemente como una clase de escuela?

Sharon formuló su pregunta sin pensar mucho acerca de las consecuencias de la misma, estaba molesta y no pudo evitar criticar de algún modo a la fuente de su molestia.

—No señorita Reuter, temo que no. Ya tendrá oportunidad de conocer esta fase más pronto de lo que cree. —Edium respondió con desagrado.

—Mañana les daré a Reolf y a la señorita Reuter los nombres de los integrantes de sus respectivos pelotones, puede anticipar señorita, que Kl4ws y sus compañeros de habitación son ya parte de su pelotón, por lo que puede comenzar a idear a partir de ahora algunas estrategias. Ambos líderes tendrán que reunirse con sus respectivos subordinados diariamente por espacio de no menos de una hora, con el fin de discutir todo lo que veamos en los entrenamientos. Kl4ws, deberás ponerte de acuerdo con tu líder acerca de las funciones que habrás de realizar, hagan eso inmediatamente. Reolf, puedes ir a organizar a tu pelotón.

Edium dio por terminada la reunión con los más destacados GAMERS del programa, retirándose junto a Reolf con el objetivo de aprovechar el tiempo libre que les quedaba antes del inicio formal del «Método Edium». Tanto Sharon como Kl4ws se vieron forzados a permanecer reunidos un poco más en la sala.

—…Bien, terminemos rápido con esto, Kl4ws…

—Ni creas que me vas a dar órdenes «Miststück». Lo que diga Edium no significa nada.

Sharon no mostró abiertamente ninguna reacción tras el comentario de Kl4ws, sin embargo, sus ojos se pusieron vidriosos; estaba utilizando todo su temple para no mostrar ninguna debilidad. Ambos compartían el mismo idioma por lo que sabía a qué se refería él con «Miststück». Aunque nunca se habían llevado bien, jamás habían llegado a ese nivel de conflicto; Kl4ws estaba realmente molesto y humillado por la reciente reunión y el poco control que poseía se estaba desvaneciendo.

—…Te guste o no, mientras formes parte de esto vas a estar bajo mi mando, no me importa que seas protegido de Bushnell y Baer, sigo estando por encima de ti en lo que a ellos respecta, en todo. ¿A quién crees que van a preferir?

Aunque físicamente no mostraba muchos signos de molestia, Sharon hablaba ya en su idioma nativo, lo cual era prueba que estaba comenzando a perder la calma. Buscaba poner a su enemigo en orden, convivirían mucho tiempo de ahora en adelante por lo que iba a ser necesario dejar en claro quién mandaba, y era ella.

—Por lo pronto tú serás el encargado de organizar a nuestros compañeros para cada reunión, será todos los días a la primer hora libre que tengamos disponible. Tendrás que acomodarlos y buscarlos en caso de que alguno no esté presente cuando sea necesario. ¿Verstanden?

—…¡FICK DICH!

Fue el último comentario hecho por Kl4ws, quien se limitó a levantarse, empujando ruidosamente la silla en que se encontraba sentado. Furioso salió de la sala, dejando a Sharon sola e inmóvil con los ojos rojos del coraje. Ella, normalmente muy en control de sus emociones, nunca había sufrido tantas ofensas y no sabía cómo manejar ese sentimiento.

Kl4ws caminó por el pasillo en dirección a su dormitorio, se encontraba furioso, no tanto por no ser líder de pelotón ni por el menosprecio de Edium, su ira tenía más que ver con estar bajo las órdenes de alguien a quien detestaba desde hacía años, más aún cuando reconocía internamente que no tenía alternativa. El Programa GAMER no sólo era la oportunidad de mostrar su calidad y salvar al mundo en el proceso, también otorgaba beneficios adicionales durante y una vez superada la crisis ante los sheitans, beneficios que le dejarían su vida arreglada por siempre, tanto a él como a su familia, actual y futura. Renunciar al programa no era alternativa; su familia había sido trasladada a la seguridad de Monte Rosa gracias al ingreso del hijo pródigo al Programa GAMER, lo que les dio la oportunidad de acceder a una vida más cómoda, donde no tendrían que soportar un clima tan despiadado como el que sufrían; ni la falta de alimento o seguridad. Si renunciara habrían de volver al Castillo Eltz, al hambre, al frío; sin contar que su megalomanía le hacía desear convertirse en un héroe a los ojos de todos, demostrarle al mundo que él era el mejor. No tenía opción, tendría que acatar las órdenes de Edium, y de Sharon por extensión, ya habría oportunidad de desquitarse en otro momento de las afrentas que su rival le había causado.

Caminó por algunos minutos, pensativo, cabizbajo, mostrando una vulnerabilidad hasta el momento desconocida para todos, incluso para él. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó el saludo que una chica le hacía al pasar junto a él, dejándola consternada y de pie, sola en el pasillo; tal situación era usual para alguien de su apariencia y prepotencia pues no era raro que las mujeres lo siguieran y él las despreciara por cuestiones meramente estéticas; a ésta, sin embargo, normalmente no la hubiera ignorado.

Instantes después se encontró en su dormitorio, donde compartía el lugar con otros tres camaradas, quienes de acuerdo a las indicaciones de Edium, serían a partir de ahora sus compañeros de escuadrón. De ellos sólo a uno lo consideraba como su amigo; compatriota y compañero de armas en la época en que las mismas eran virtuales y los enfrentamientos se hacían a través de ordenadores. Afortunadamente para Kl4ws, sólo su amigo «Marksman», Markus se encontraba en la habitación.

—¡Moin Moin, amigo Kl4ws! ¿Dónde estabas, te ves de la scheiße?

Markus era el único amigo que Kl4ws tenía en Blossom; colega, compatriota, control dos y amigo de la infancia, ambos eran sujetos de personalidad opuesta que de forma atípica se habían convertido en buenos amigos. Aún y cuando Markus no era tan destacado como Kl4ws era considerado entre los mejores y había demostrado buenas aptitudes para convertirse en un GAMER. Casi de la misma estatura que su amigo, con 1.84 metros, atlético aunque más en el lado de lo delgado, y de la misma edad; lo tenía todo a su favor para ser uno de los elementos más interesantes del programa. Su característica más peculiar es que era albino, lo que lo hacía destacar físicamente, aunque no por las razones que él desearía. Su piel era tan blanca como la leche y tendiente a sufrir quemaduras a causa del sol; tenía los ojos un poco hundidos y usualmente enrojecidos a causa de su condición, no obstante en situaciones normales eran de iris castaño. Portaba una larga, desarreglada y puntiaguda barba de candado tan blanca como su cabello, el cual llevaba largo, cayendo hasta la espalda, en parte por rebeldía y en parte para cubrir la parte de atrás de su cuello de quemaduras solares. Su rostro era muy angular, de barbilla delgada, pómulos tan prominentes que parecía que podían cortar; labios pequeños casi invisibles, nariz angosta y puntiaguda. Debido a su albinismo usaba frecuentemente gafas de sol aunque no las necesitaba en interiores. Su personalidad no era nada similar a la de Kl4ws, Markus era sociable, agradable y alegre, lo cual mezclado con su apariencia fuera de lo ordinario y su buena condición atlética, le daban un encanto especial para con las damas, lo cual él aprovechaba. Ambos disfrutaban de los videojuegos y tenían habilidad natural para ellos, más lo que para Kl4ws era una profesión que le daba fama y fortuna, para Markus era una de las pocas actividades recreativas que no le afectaba a la piel pues jugar a interiores era seguro para alguien con su condición. De este modo se volvió bastante hábil, aunque su talento no era natural como el de su amigo o el de Sharon sino que lo alcanzó gracias a mucha práctica. En el equipo era el francotirador del grupo, de ahí su nombre de guerra «Marksman» el cual también era un juego de palabras pues su nombre era Markus Mann. Algo que lo diferenciaba del resto era el hecho de ser el único en Blossom que conocía el verdadero nombre de Kl4ws, aunque nunca se le escuchara decirlo en público.

Durante las tutorías había alcanzado rangos superiores al promedio raspando la calificación de «elite». Era sumamente paciente debido al tipo de juego que manejaba, tenía la cualidad de esperar largo tiempo sin moverse y sin desesperarse, además de una gran precisión y una capacidad matemática para predecir el movimiento de los objetos calculando su velocidad, trayectoria y distancia. Era un francotirador real en potencia pues sólo se le necesitaba pulir cuestiones de índole ambiental y que supiera usar un arma para que estuviera preparado. Su expediente decía: «Cuenta con las bases de la especialidad en francotirador, gran capacidad de formar grupos y resistencia a la frustración. Su condición de albinismo podría hacerlo un objetivo claro (…) en una situación ante humanos, riesgo que permanezca bajo el sol». Su estilo de juego era un reflejo de su estilo de vida, alguien que ha tenido que vivir con un estigma de ser diferente y que lo había podido superar, su personalidad era reflejo de su fortaleza para superar la adversidad. El convertirse en un francotirador de verdad también era una buena oportunidad para él pues no se trataba de una especialidad que lo tuviera siempre bajo el sol sino que tendría la posibilidad de cubrirse y ocultarse. Se le viera de la forma que sea, era un buen elemento y la única persona en la que Kl4ws confiaba.

—Te vas a reír…

Kl4ws le refirió a su único amigo en el mundo la situación que tenía que soportar, haciéndolo de una forma que nadie creería que podía, amigable, riendo y haciendo bromas. Markus no pudo contener una fuerte risa.

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